Hoy trata de una reflexión
profunda o no, probablemente nada poética. ¿Qué es el respeto? Según la RAE, y
teniendo en cuenta las definiciones que vienen a colación del significado por
el que me cuestiono, es:
1. m. Veneración,
acatamiento que se hace a alguien.
2. m. Miramiento,
consideración, deferencia.
Se venera a santidades por
dignidad o grandes virtudes y a Dios, se acata con sumisión, también a
autoridades y a normas legales. Con miramiento se respeta lo que se observa de
una persona al ejecutar una acción, consideración para el trato cortés, y
deferencia acato el proceder ajeno, por múltiples razones.
¿Pero esta definición nos aclara qué es el respeto? Para mi respetar
se puede regir por la ley de, no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan
a ti. Respetar es no estereotipar, no juzgar, no tener unas expectativas
negativas hacia una persona, tolerar sus creencias aunque no las comparta, ser
amable en el trato. El respeto es a veces amor, es odiar pero sin molestar si
no se puede evitar, es dejar hacer su vida a los demás, permitirles sus “necesidades
básicas” entendamos por ellas alimentarse, higienizarse, garantizarle la
intimidad que la circunstancias permitan, el sueño, el bendito sueño. Respetar
no es mentir, y menos mentir por quedar bien, respetar es soñar sin robar el
sueño de los demás, darse cuenta de los fallos, saber rectificar. Respetar es
eso y mucho más. El problema no está en la definición, el problema está en
quien respeta y quien no, el asunto complicado llega cuando alguien te falta el
respeto, ¿debe uno seguir guardando respeto?, ¿tiene el derecho “moral” a
perderlo también? Jamás en mi vida he perdido el respeto a alguien por
completo, jamás comprometería ciertas cosas de la vida de nadie, en ocasiones
reconozco no ser todo lo respetuosa que debo, siguiendo probablemente la Ley
del Talión, que ya todos sabemos nunca trae nada bueno, pero a veces el corazón
y las úlceras estomacales pueden más.
Que no decaiga el ánimo, Y*.